Trabajos, tareas, exámenes, amanecidas, menús, salidas, super trips, impresiones, Photoshop, música, tragos, atracciones que se niegan... son algunas de las palabras que pueden describir los vertiginosos días que he tenido en estas últimas semanas. Aún no salgo de aquel túnel de responsabilidades, ya no queda mucho por hacer, pero ahora me quiero tomar un respiro.

Con respecto al joven del que hablé la última vez no puedo decir mucho, porque el destino no permitió que pasara nada, no regresé a Quilca más, por lo menos no a verlo. Ya no siento el mismo interés que en ese entonces, sin embargo algo me dice que nos volveremos a ver. Tal vez cumplirá lo que me afirmó y será cura, derrepente la vida lo trae hacia mí con esas investiduras, eso lo desconozco, pero es divertido ver las cosas así, sin lamentos de por medio.

Me dicen que estoy demacrada y que se notan las noches de desvelo e inanición. No necesito que me lo digan he bajado, 4 kilos en dos semanas, siempre he tenido esa facilidad para subir y bajar de peso, lo nuevo es que ahora mi rostro lo evidencia, está mucho más delgado, ya casi no me reconozco mucho. Soy puro ojo y nariz como dice mi padrino. En cambio a mí me fascina, porqué así resaltan mis grandes ojos café.

No sabes como extrañaba escribirte, ahora que ya casi terminó el ciclo lo haré sin censura, caiga quien caiga, asumiré las consecuencias, son gajes del oficio, la triste resignación de todo aquel que decide escribir acerca de su vida.


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