Cuando niña siempre buscaba un lugar al cual pertenecer, sentía que mi casa ya no era más ese lugar. Arrastraba en mi búsqueda a mis hermanitos, ellos tan pequeños iban donde yo iba, era la líder de la manada de 3 huargos cachorros.

Las religiones fueron las primeras en abrirnos sus puertas, en un lapso de 4 años habíamos pasado por la Cristiana, Bíblica, Pentecostal, para finalmente terminar en la católica y darnos cuenta que ninguna nos devolvería a nuestra madre, un vacío irreparable, una punzada en el corazón, un hambre lejana.

Sin embargo, ese periodo nos ayudó a fortalecer nuestros vínculos sociales, nutrirnos de valores y de cariño del prójimo. Desde ese entonces ya me comportaba como la "sabelotodo" inclusive para las religiones. Hoy me considero una sábelo nada, mi memoria cada vez está peor,me aferro con todas mis fuerzas a mis recuerdos importantes y lucho por no perder los que voy adquiriendo día a día. De todas maneras las "sabelotodo" nunca me han caído y nunca quise ser una de ellas, quizás solo quise ser indispensable para alguien y esa fue mi manera de encontrar un lugar.

Creo que finalmente la vida no fue tan dura con nosotros, 3 niños, a veces muy solos, a veces no, con el corazón desgarrado, pero fuertes, luchadores. Gerardo hoy es papá y aunque no puede con su genio se hace responsable de su familia y sé que lucha contra sus propios demonios internos. Erick será un buen abogado, no sé en qué momento estudia, pero sé que es bueno, un poco izquierdista para mi gusto, pero que le voy a pedir teniendo una hermana como yo.

Y yo... Yo no estoy mal, ahora sé cuál es mi camino y voy hacia el. Ves Rosa María, tus pequeños estamos bien, te fuiste tan preocupada, nos dejaste un gran regalo, tu amor infinito y esa es la mejor base para la vida.

La mejor herencia que le puedes dejar a tus hijos es el amor.

Buena semana.




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