Hay cosas que me han ido pasando que me hacen reflexionar acerca de la vida, de la forma en que vamos adquiriendo sabiduría, de cómo se van dando las cosas sin que uno las espere...

Ya lo he dicho antes, pero lo reafirmo, las mejores cosas que me han pasado en la vida, son cosas que jamás esperé.

Como cuando me encontré en el viaje de regreso de España a una emocionada brasileña que venía al encuentro de su novio, mientras yo dejaba al mío, contradicciones de la vida no?.

Hace poco tuve la oportunidad de toparme con una chica cuya madre murió hace dos meses de cáncer, fue una muerte inesperada, a solo 6 meses de que se lo diagnosticaran. Ella me decía que desde su muerte el dolor ha ido creciendo y que a veces se pregunta cuándo desaparecerá, a lo que yo le contesté, con la sabiduría que me da haber pasado por algo similar, que ese dolor nunca se irá, te acompañará toda la vida, lo que tienes que aprender es a seguir con el, a sobrellevarlo, porque ese vacío nada lo llenará.

Siempre pensé que ella era inmortal. Desde muy pequeña me cuestionaba cosas que no eran propias de mi edad, como la muerte, pero si de algo estaba segura, era que mi madre nunca moriría. Era mi ídolo, toda su fortaleza, podía hacer miles de cosas al mismo tiempo, siempre leyendo algo, como queriendo escapar un poco, quizás no fue siempre la madre más amorosa, pero me demostraba su amor con hechos, los mimos cuando enfermaba, las plantitas que me compraba, el amor con el que me cocinaba mis salchipapas caseras.

Sigue siendo mi ídolo, siempre lo será, espero ser por lo menos lo mitad de buena madre que ella.

La sabia vida me ha enseñado que aunque el dolor este ahí se puede continuar, porque existen motivos para seguir, porque la vida es maravillosa y hay un mundo por conocer.

PD: no viajare a lugares que ya haya viajado antes, es hora de abrir nuevos caminos y dejar el pasado atrás.